Ante las medidas de seguridad impuestas por el covid-19 los alumnos en particular tienen que hacer un sobre esfuerzo ya que el contacto físico y personal de los alumnos con otros niños en las primeras etapas de la infancia, así como de los docentes con ellos es muy importante, puesto que en estas edades los menores aprenden en cierto modo a relacionarse con los demás y forjar las relaciones interpersonales. Los alumnos se están comportando como campeones pero es verdad que a corto y medio plazo les está afectando en el poder de socializar con sus compañeros, tener relaciones afectivas con los mismos y poder encaminar correctamente las diferentes emociones.
Además en mi caso, los alumnos tienen
prohibido relacionarse con niños de otras clases, es decir, están en una
especie de burbuja en la que solo pueden estar con un grupo reducido de
compañeros, reduciéndoles la posibilidad de jugar y conocer diferentes personas.
Por otro lado la enseñanza/
aprendizaje en el aula resulta bastante fría, puesto que los alumnos tienen que
estar separados entre sí constantemente y no se pueden llevar a cabo gran
cantidad de dinámicas para favorecer la relación entre los componentes del
grupo. El docente tiene que saber cómo
poder gestionar las emociones de sus alumnos
mediante programas de
inteligencia emocional, así como tener
una gran capacidad de acción para
adaptarse a las situaciones actuales y poder hacer frente al aula de forma
adecuada y sin caer en la monotonía.
El maestro dedicara 5 minutos por la mañana al entrar a clase a preguntar al
alumno “¿Cómo nos sentimos hoy?”, después del recreo se realizará una
relajación dirigida de 10 minutos y al final del día se hará una reflexión
sobre la jornada escolar , “¿cómo nos ha ido la mañana?”
El contacto directo y el hacer partícipes a los alumnos en todo
momento del desarrollo de las clases son
de vital importancia.
Algunas estrategias llevadas a
cabo podrían ser:
“Cómo nos sentimos”: Todos y
todas tomamos conciencia de cómo nos sentimos en ese momento y lo compartimos
con los demás. Aprendemos a usar vocabulario emocional. Supone reconocer nuestras
propias emociones y las de los demás compañeros con el fin de fomentar la empatía y
asertividad.
“Pensamos en positivo”:
Expresamos lo que queremos conseguir. Procuramos crear un buen clima de trabajo donde se transmita y se fomente
este tipo de pensamiento. Utilizamos la fórmula: Yo quiero Yo puedo Yo soy.... Con
esto pretendemos fomentar el auto concepto positivo de las personas.
“Pautas de escucha activa”: Consiste
en tener presente pautas cuando escuchamos al compañero, como por ejemplo: mantener
una postura adecuada, mirar a la cara a la persona que se dirige a nosotros,
respetar el turno de palabra o no juzgar a la persona que habla.